Las mujeres de la
asociación feminista Carpe Diem de Carmona fuimos invitadas a asistir a la
primera jornada de feminismo y ciudadanía de la ciudad, organizada por el grupo
político Participa y Equo. Casi pasadas veinticuatro horas del acto, seguimos
reflexionando y debatiendo café en mano sobre la necesidad de crear mesas de
debates en torno a un tema tan fundamental como es el feminismo en la
actualidad.
Tuvimos en honor de
escuchar en primera persona a la feminista y activista Mereia Forei, que nos
trasladó a nuestras raíces más primarias creando una simbiosis entre la mujer y
la naturaleza. Con ella olvidamos aquello de que somos “el sexo débil”,
desterramos la idea de que el feminismo es cosa del hoy, que es una invención
moderna, y nos pudimos remontar a la
época romana donde creó una metáfora con las invasiones aludiendo a la
resistencia propia del ser humano. La represión a los pueblos no es cosa del
S.XXI, llevamos asistiendo durante toda
la historia al sometimiento de las comunidades. Pero fue en la época de las
colonizaciones cuando la mujer comienza a sufrir una sumisión que llega hasta
nuestros días. Ya lo decía Forei, las mujeres han resistido a guerras,
epidemias o violaciones fruto del sistema patriarcal de superioridad del hombre
blanco que jugó a sentirse el Dios Supremo del mundo. Un mundo que con la
llegada del capitalismo se quisieron repartir e imponer límites fronterizos
arrasando la vida en todas sus vertientes. Las mujeres, fuimos y seguimos
siendo víctimas de la masacre del capital.
La onubense Laura
Frost, puso el contrapunto de la jornada. El Yin de Mireia, nada que ver con la
ponente suiza que se dejó llevar por el sentimiento de lucha que abandera desde
hace ya más de cuarenta años. Frost, fue crítica y contundente, no dejó títere
con cabeza a la hora de hablar del sistema político español y de sus nulas
condiciones favorables a la mujer trabajadora, englobando en esta palabra a
todas y cada una de las mujeres que conforman las diversas sociedades. Pudimos
escuchar atónitos como coincidía con parte de las teorías con Forei tildando de
su propia personalidad el tema del militarismo y apoyando el ecologismo como
base absoluta del bienestar de la mujer y de las sociedades del mundo.
“Feminismo o Muerte” señaló la segunda ponente, aludiendo a la cabeza del
feminismo francés de los setenta Francoise D´ Eaubonne fallecida en 2005, y terminando
con unas palabras que nos atravesaron el alma, dejando abierto un hilo de
esperanza a que otra forma de vida será posible pese al paisaje tan desolador
que nos había pintado con su ponencia. Todas las mujeres del mundo estamos
interconectadas, eso nos hizo entender, desde las guatemaltecas que abrazan un árbol para protegerlo de ser
talado porque les acarrearía un perjuicio vital, hasta la mujer en nuestro país
que sometida al injusto sistema laboral es obligada a explotar dentro de su
propiedad a su género, para que sus hijos no estén abandonados o cargando a las
abuelas de una segunda generación de crianza.
La intervención que más
nos estremeció fue la que Vanessa Cassado nos presentó cayendo el medio día.
Jurista y experta en violencia de género, Cassado fue dura y rotunda en sus
estadísticas. Señaló con el dedo y sin reparos la justicia española, nula de recursos,
profesionales formados y exentos de atención a la mujer maltratada una vez que
ésta toma la decisión de denunciar el estado al que se encuentra sometida. No
hubo opción a la duda, ni siquiera a rebatir la realidad que representaban las
gráficas del terror que silueteaban rojos en el proyector. Cada vez más casos,
más víctimas, más muertes, más niños, más horror entre paredes de juzgados que
nada tienen que ver con el feminismo y donde se cuecen sentencias tan absurdas
como que un padre maltratador pueda tener a sus hijos en casa, pese a haber
amenazado de muerte a la madre. Piedras sobre su tejado, a Cassado no le
importa lo más mínimo si se trata de defender a la mujer, y contestó sin
parpadear a un oyente que le preguntó por las supuestas denuncias falsas de
mujeres hacia sus parejas o sobre los hombres asesinados. Pero los datos no
mienten, comentarios machistas que no tienen fundamento, leyendas urbanas en
barras de bares, simplemente, ignorancia.
El sol brillaba, en el
casco antiguo de la ciudad se respiraba una calma tensa, sentíamos frío después
de hablar de muerte, así que entre amigos y amigas de la jornada cogimos fuerza
reflexionando y sintiéndonos más fuertes si cabía. Este tipo de actividades
fomentan si caben los lazos interpersonales y las ganas de lucha en grupo,
sobre todo cuando sientes que no estás sola.
Adela Aguilar y los
micromachismos pusieron el broche final a la jornada feminista, trabajadora
social, carmonensa, y fundadora de la asociación el árbol de los sueños.
Aguilar nos regaló más de una hora de dinámica donde pudimos interactuar con
otras personas de diferente sexo, edad y procedencia, una rica diversidad
cultural y de pensamiento. Pudimos debatir en grupos, intercambiar opiniones,
contrarrestar teorías, para llegar a un mismo fin, no compartido pero respetado
por todos que es más importante. Adela instó a hacer un paréntesis para contrarrestar
la educación, los entornos sociales donde se crían los niños y niñas, la
necesidad de cambiar las cosas para que no sea la mujer la que sienta miedo, o
perciba discriminación en la vida diaria. Nos lo mostró con una serie de videos
que nos dejaron un punto y aparte al que estaremos encantadas de volver. Sin
feminismo no hay democracia, es una frase hecha y se demuestra en una de las
preguntas que cerraron las dinámicas de Aguilar. Las mujeres han sido las que
más se pensaron si ir a votar en las últimas elecciones. Ahí están los datos.
¿Por qué? Está clara la respuesta. Aun las mujeres no encuentran aliciente en
el despertar político: los hombres ocupan los altos cargos, no existen
políticas feministas que amparen la igualdad de derechos y oportunidades,
mujeres con escasa formación aun están bajo la supervisión constante de sus
maridos en el hogar, sin autoestima, sin dignidad, no sale la voz, no saldrá el
voto.
Desde aquí grito: Basta ya de colonizar el alma de las mujeres, nosotras
no vamos a conquistar el territorio del hombre, nosotras no queremos fronteras,
ni desterrarlos del sistema, nosotros queremos caminar de la mano, y que no
vuelva a existir el 8 de Marzo. Nada que celebrar, mucho por lo que luchar.
Somos afluentes del Río Morado, distintas pero iguales, todas desembocamos en
un mismo Océano. Carpe Diem, y Libertad.
Carmona,
6 de Marzo de 2016 Amanda Eslava Martínez
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