miércoles, 16 de marzo de 2016

Sor Carpe

Sor Carpe
“Sois para mí una ventana, aquella que un día abrí para recargarme de aire fresco”

En la asociación feminista Carpe Diem aun dibujamos sonrisas cuando recordamos lo que significó para nosotras aquella excursión a Sanlúcar la Mayor para amadrinar a la comunidad de mujeres de la localidad. Sororis, así se llaman nuestras ahijadas en el arduo camino morado que aún les queda por recorrer, pero no están solas. La importancia del hermanamiento entre asociaciones feministas es uno de los hechos más importantes que se están dando en materia de igualdad. Las mujeres por desgracia somos un grupo humano vulnerable en todos los ámbitos sociales. Aun nos queda mucho por lo que luchar en materia de derechos para equipararnos con el hombre sobre todo en el terreno profesional y en la corresponsabilidad.

Pudimos ser partícipes veinte mujeres carmonenses de la mesa redonda sobre el feminismo en España que Pilar Praena, delegada de la Mujer del Viso del Alcor nos deleitó durante una hora haciendo hincapié en que no debemos dejar de perseverar a la hora de hacer fuerza entre las entidades. Ya lo hicieron Emilia Pardo Bazán o Clara Campoamor con sus discursos y sus logros en materia de educación y política y de igual forma tenemos que hacerlo nosotras desde nuestro círculo más cercano si queremos cambiar las cosas.

Carpe Diem tuvo un turno de intervención donde después de las palabras de su presidenta Amanda Eslava junto con Gertrudis Vargas, que ocupa el mismo cargo en Sororis,  pudimos contemplar el vídeo donde se recogía como en Carmona de un pequeño grupo de mujeres pudo surgir una gran familia feminista donde se le han dado la espalada a los problemas mediante el baile a la vida, donde todas nos reunimos para debatir los viernes sobre la necesidad de cambiar el mundo que nos rodea, la urgencia de que las mujeres seamos más amigas y hermanas que nunca para hacer fuerza en este pulso vital frente al patriarcado reinante. No podemos dejarnos derrotar por nosotras mismas, sino continuar el trabajo que otras generaciones pasadas nos dejaron trazado.

El ramillete de amapolas que estaba entre el público se emocionó tanto ante las palabras de las tres mujeres que componían la mesa y sobre todo boquiabiertas aun por la presencia de Vicente Terenti ,concejal de IU de Sanlúcar que se consideró feminista y compañero, no tuvieron más remedio que coger el micro y contar sus experiencias personales. Fue en ese preciso instante donde el silencio arreció en la sala y las sonrisas se convirtieron en lágrimas de emoción en el rostro de las presentes pero sobre todo de Vargas, que recordó la película Antonia, de Marleen Morris mientras que las socias honoríficas de Carpe Diem relataban sus vidas. Madres que habían perdido hijas, mujeres que batallaron con las enfermedades de sus maridos, víctimas de violencia de género, operaciones milagro donde se debatieron en duelo con la muerte, cargas de trabajo en el hogar, en definitiva, mujeres de batalla, féminas de campos donde tienen que sortear minas desde que se levantan hasta el atardecer, vidas reales, vidas por las que hay que combatir en busca de la igualdad, vidas que cargan con el peso inexplicable de todo cuando acontece a su alrededor, responsables de sus hijos, de las labores domésticas, esclavas de un sistema que el capitalismo creó, que las dictaduras apoyaron y que hoy es el muro que entre todas vamos a derribar, esa es nuestra meta y ese será nuestro cantar, la victoria de no ir por delante ni por detrás sino en Igualdad.

Las asociaciones de mujeres somos un soplo de aire fresco como definió  Ángeles Valerio a Carpe Diem por lo que había significado para ella en su vida. En su turno de intervención explicó de qué manera el feminismo llegó a su vida para hacerla bailar en la esperanza de que otra forma de ver la realidad era posible.

Gracias a la Asociación Vida de Carmona, que ayuda a hombres y mujeres a salir de la adicción a las drogas y que luego incentiva su inclusión sociales,  nuestra caravana de mujeres pudo gratuitamente recorrer más de cuarenta kilómetros cargadas de ilusión para apoyar a otro grupo de mujeres para que tenga la fuerza suficiente y que logren emprender la marcha hacia la libertad. Ya lo decía Simone de Bouvoir, la mujer no nace, se hace. Unámonos para que  todas las mujeres que están cerca de nosotras se hagan para siempre, forjando  escudos protectores contra el machismo imperante. Por las que murieron luchando por nosotras, por las que estamos y sobre todo, por las que vendrán, soñaremos despiertas con ver que otro mundo es posible, porque sin feminismo, no habrá democracia.

Amanda Eslava                                                                                 Carmona 16 Marzo 2016




martes, 8 de marzo de 2016

Sororidad


“Alguien me dijo que no es casual, que desde siempre las elegimos. Que las encontramos en el camino de la vida, nos reconocemos y sabemos que en algún lugar de la historia de los mundos fuimos del mismo clan. “Simeone Seija.”

El asociacionismo entre mujeres no es casualidad, surge de la necesidad que tenemos de encontrarnos con un grupo de iguales en la sociedad. Aquella que nos dejó desprotegidas con la llegada de la civilización, del mundo capitalista y de las dictaduras, que nos ausentaron de toda democracia posible. Las mujeres nos unimos en cualquier parte, desde las antiguas casas de vecinos donde la matriarca llevaba el peso de la familia hasta la actualidad cuando buscamos a nuestro grupo de amigas para contarles la responsabilidad que recae sobre nosotras un día cualquiera por el hecho de ser, Mujeres. Nos han creado la necesidad de estar juntas para proteger nuestro papel, unidas hacemos más fuerza ante tanta injusticia cultural, social, política y económica que arrecia más sobre nuestro género.

La Asociación Feminista Carpe Diem nació del deseo de un grupo de mujeres de empoderarse a través del deporte, éste fue el punto de partida de toda una aventura que dura ya año y medio. El sentido de nuestra vida está siendo ver como las mujeres que se encontraban dispersas en las labores del hogar, sumidas en la rutina de las responsabilidades que les cargaron en su entorno familiar y social, están reconociéndose como algo más que un patrón que se calca en cualquier parte del mundo. Mujeres que dicen <ya basta>  a un estatus que adquirieron por costumbres y que no les hace realmente felices, que quieren cambiar y que ahora lo tienen difícil debido a los escasos recursos con los que se cuenta, pero no será imposible. Carpe Diem ha pasado de dedicarse a bailar con las mujeres para paliar sus problemas cotidianos a abrirse a otros campos como la educación, la salud, el bienestar, abrazando proyectos de otras entidades y asociaciones carmonenses y foráneas. Llevando la solidaridad, el feminismo, la amistad o el amor por bandera allá donde reclaman nuestra presencia.

Como asociación de mujeres, nuestras pioneras en Carmona son las compañeras de “Isabel Ovin” todo un ejemplo de esfuerzo y sacrificio para que la mujer pudiera relacionarse, tuvieran un lugar donde encontrar refugio en sus compañeras, donde aprendieron mediante múltiples talleres y compartieron conocimientos, viajaron por innumerables rincones del país y  donde se reforzaron aun más los lazos que hoy siguen latiendo con fuerza a pesar del largo camino recorrido. Nosotras queremos ser la nueva generación, no las sucesoras, pues el lugar que ocupan jamás tendrá relevo pero será diferente. Ahora podemos incluir conceptos nuevos  en nuestra perseverancia por ocupar el lugar que nos pertenece, al lado del hombre, porque nosotras estamos en contra del machismo imperante, las feministas abogan por la Igualdad de derechos y deberes entre mujeres y hombres, sin feminismo, jamás habrá democracia.

Decía Simone de Beauvoir, que “la mujer no se nace, se hace” y vamos por el buen camino, el de saltarnos las barreras que nos impusieron con la llegada de la civilización más profunda, nos haremos y haremos ser, aun estamos a tiempo de ver cambios, pero siempre desde el conjunto, desde la hermandad, desde la unión, sencillamente, de la mano, desde la libertad.




Amanda Eslava                                                               Carmona, 8 de Marzo de 2016


domingo, 6 de marzo de 2016

Afluentes del Río Morado



Las mujeres de la asociación feminista Carpe Diem de Carmona fuimos invitadas a asistir a la primera jornada de feminismo y ciudadanía de la ciudad, organizada por el grupo político Participa y Equo. Casi pasadas veinticuatro horas del acto, seguimos reflexionando y debatiendo café en mano sobre la necesidad de crear mesas de debates en torno a un tema tan fundamental como es el feminismo en la actualidad.

Tuvimos en honor de escuchar en primera persona a la feminista y activista Mereia Forei, que nos trasladó a nuestras raíces más primarias creando una simbiosis entre la mujer y la naturaleza. Con ella olvidamos aquello de que somos “el sexo débil”, desterramos la idea de que el feminismo es cosa del hoy, que es una invención moderna,  y nos pudimos remontar a la época romana donde creó una metáfora con las invasiones aludiendo a la resistencia propia del ser humano. La represión a los pueblos no es cosa del S.XXI, llevamos asistiendo durante  toda la historia al sometimiento de las comunidades. Pero fue en la época de las colonizaciones cuando la mujer comienza a sufrir una sumisión que llega hasta nuestros días. Ya lo decía Forei, las mujeres han resistido a guerras, epidemias o violaciones fruto del sistema patriarcal de superioridad del hombre blanco que jugó a sentirse el Dios Supremo del mundo. Un mundo que con la llegada del capitalismo se quisieron repartir e imponer límites fronterizos arrasando la vida en todas sus vertientes. Las mujeres, fuimos y seguimos siendo víctimas de la masacre del capital.

La onubense Laura Frost, puso el contrapunto de la jornada. El Yin de Mireia, nada que ver con la ponente suiza que se dejó llevar por el sentimiento de lucha que abandera desde hace ya más de cuarenta años. Frost, fue crítica y contundente, no dejó títere con cabeza a la hora de hablar del sistema político español y de sus nulas condiciones favorables a la mujer trabajadora, englobando en esta palabra a todas y cada una de las mujeres que conforman las diversas sociedades. Pudimos escuchar atónitos como coincidía con parte de las teorías con Forei tildando de su propia personalidad el tema del militarismo y apoyando el ecologismo como base absoluta del bienestar de la mujer y de las sociedades del mundo. “Feminismo o Muerte” señaló la segunda ponente, aludiendo a la cabeza del feminismo francés de los setenta Francoise D´ Eaubonne fallecida en 2005, y terminando con unas palabras que nos atravesaron el alma, dejando abierto un hilo de esperanza a que otra forma de vida será posible pese al paisaje tan desolador que nos había pintado con su ponencia. Todas las mujeres del mundo estamos interconectadas, eso nos hizo entender, desde las guatemaltecas  que abrazan un árbol para protegerlo de ser talado porque les acarrearía un perjuicio vital, hasta la mujer en nuestro país que sometida al injusto sistema laboral es obligada a explotar dentro de su propiedad a su género, para que sus hijos no estén abandonados o cargando a las abuelas de una segunda generación de crianza.

La intervención que más nos estremeció fue la que Vanessa Cassado nos presentó cayendo el medio día. Jurista y experta en violencia de género, Cassado fue dura y rotunda en sus estadísticas. Señaló con el dedo y sin reparos la justicia española, nula de recursos, profesionales formados y exentos de atención a la mujer maltratada una vez que ésta toma la decisión de denunciar el estado al que se encuentra sometida. No hubo opción a la duda, ni siquiera a rebatir la realidad que representaban las gráficas del terror que silueteaban rojos en el proyector. Cada vez más casos, más víctimas, más muertes, más niños, más horror entre paredes de juzgados que nada tienen que ver con el feminismo y donde se cuecen sentencias tan absurdas como que un padre maltratador pueda tener a sus hijos en casa, pese a haber amenazado de muerte a la madre. Piedras sobre su tejado, a Cassado no le importa lo más mínimo si se trata de defender a la mujer, y contestó sin parpadear a un oyente que le preguntó por las supuestas denuncias falsas de mujeres hacia sus parejas o sobre los hombres asesinados. Pero los datos no mienten, comentarios machistas que no tienen fundamento, leyendas urbanas en barras de bares, simplemente, ignorancia.

El sol brillaba, en el casco antiguo de la ciudad se respiraba una calma tensa, sentíamos frío después de hablar de muerte, así que entre amigos y amigas de la jornada cogimos fuerza reflexionando y sintiéndonos más fuertes si cabía. Este tipo de actividades fomentan si caben los lazos interpersonales y las ganas de lucha en grupo, sobre todo cuando sientes que no estás sola.

Adela Aguilar y los micromachismos pusieron el broche final a la jornada feminista, trabajadora social, carmonensa, y fundadora de la asociación el árbol de los sueños. Aguilar nos regaló más de una hora de dinámica donde pudimos interactuar con otras personas de diferente sexo, edad y procedencia, una rica diversidad cultural y de pensamiento. Pudimos debatir en grupos, intercambiar opiniones, contrarrestar teorías, para llegar a un mismo fin, no compartido pero respetado por todos que es más importante. Adela instó a hacer un paréntesis para contrarrestar la educación, los entornos sociales donde se crían los niños y niñas, la necesidad de cambiar las cosas para que no sea la mujer la que sienta miedo, o perciba discriminación en la vida diaria. Nos lo mostró con una serie de videos que nos dejaron un punto y aparte al que estaremos encantadas de volver. Sin feminismo no hay democracia, es una frase hecha y se demuestra en una de las preguntas que cerraron las dinámicas de Aguilar. Las mujeres han sido las que más se pensaron si ir a votar en las últimas elecciones. Ahí están los datos. ¿Por qué? Está clara la respuesta. Aun las mujeres no encuentran aliciente en el despertar político: los hombres ocupan los altos cargos, no existen políticas feministas que amparen la igualdad de derechos y oportunidades, mujeres con escasa formación aun están bajo la supervisión constante de sus maridos en el hogar, sin autoestima, sin dignidad, no sale la voz, no saldrá el voto. 

Desde aquí grito: Basta ya de colonizar el alma de las mujeres, nosotras no vamos a conquistar el territorio del hombre, nosotras no queremos fronteras, ni desterrarlos del sistema, nosotros queremos caminar de la mano, y que no vuelva a existir el 8 de Marzo. Nada que celebrar, mucho por lo que luchar. Somos afluentes del Río Morado, distintas pero iguales, todas desembocamos en un mismo Océano.  Carpe Diem, y Libertad.
Carmona, 6 de Marzo de 2016    Amanda Eslava Martínez