miércoles, 26 de noviembre de 2014

El falso Amor Romántico. 25 N.


“Por todas aquellas que murieron por tener la valentía de revelarse”

-Se necesitan programas que se incluyan dentro de los presupuestos anuales para  erradicar la carencia de Igualdad-. Una frase que abrió una jornada de cinco horas de duración sobre Violencia de Género en la ciudad de Carmona y que encierra la desesperanza a la hora de contrarrestar dicha afirmación con la realidad. Se necesitan NO, vamos a hacerlo realidad sería lo adecuado. Las leyes en estas materias se siguen visualizando como si se fueran a llevar a cabo en un futuro lejano. No escuchamos ni leemos verbos en imperativo que originen una pronta acción en materia de Igualdad Social en ninguno de los documentos legislativos que se elaboraron, parece ser, con miedo a que fueran llevados a cabo con firmeza.

Estamos viviendo una época de políticas de abusos hacia la población española, de corrupción y de engaño social. Una fase histórica que nos lleva a no creer que se esté trabajando en levantar cimientos en materia de Igualdad cuando lo que interesa es recortar la economía en todos los ámbitos del sistema. No se puede ser tan hipócrita  para enarbolar una bandera morada a favor de la mujer cuando se vota a favor de reducir las dotaciones económicas en las localidades españolas y produciendo con ello una consecuente escasez de recursos humanos y materiales en materia de Igualdad de oportunidades para mujeres y hombres.

-Buenos días a todos y a todas-, pronunció en un elegante andaluz la coordinadora de mesa Doña Rosa Lasheras pasando a presentar a Mª Jesús Cala, una mujer con un largo etcétera en su currículo como psicóloga y experta en materia de Igualdad y Violencia de Género. Ésta nos trasladó al momento en que una mujer abandona el procedimiento judicial una vez que ha emitido una denuncia contra su agresor. Y nos recordó que es importante que nunca se sienta sola en el duro camino que desde el minuto uno tiene que recorrer sobre todo cuando había aceptado el mito de que “el Amor es un sufrimiento para toda la vida”. Estas mujeres se sienten culpables porque según nos decía Cala, sienten además que trasgreden una “norma social” para la que habían sido educadas. Ahora es cuando deben estar protegidas, una vez que dan el paso de salir de la sumisión personal en la que se cobijaban. Y es aquí donde tienen que activarse todas las fases que conciernen a un buen procedimiento judicial. Señalaba que las mujeres más victimizadas socialmente son aquellas que tienen un bajo nivel educativo y sobre todo la población femenina migrante. Se sucedieron muchas cifras estadísticas cada vez sin duda más esperanzadoras, consiguiendo casi con el 80% que las mujeres continúen su lucha hasta el final.  

Es curioso observar como es Sevilla la ciudad con un mayor índice de renuncia una vez iniciado el proceso para sacarlas de la herida abierta en la que viven inmersas. Un fracaso que estoy segura se podría corregir en caso de que a la mujer se la hiciera sentir 100% acompañada para poder estar seguras de sí misma y no abandonar antes de terminado el recorrido hacia su libertad. ¿Y cómo se consigue? Pues con las cinco variables que el trabajo de investigación de la psicóloga recogía con minuciosidad. Que la mujer no vuelva con su pareja, que no se sienta culpable, que se le conceda protección, que se consiga que decida por sí misma y que no le falte el apoyo psicológico. Cinco premisas que necesitan expertos formados con un papel activo en la vida de las víctimas de violencia de género. Pero,  ¿es posible? Como terminó la ponente afirmando, queda mucho por hacer. Una frase que siempre nos deja ese sabor agridulce cuando la luz se va viendo al final del túnel. Un retroceso social, económico y político que no hace más que andar pasos atrás en el camino recorrido, pero que gracias a tantas personas que se dejan la piel a diario, cuando se da un paso en falso, se adelantan dos más hacia la lucha por la Igualdad.

Cuántas veces hemos escuchado que ahora las adolescentes están cada vez más sufriendo violencia de género en cualquiera de sus variantes. La Educación en el terreno familiar, educativo, social, de grupo, etc. tiene que trabajarse duro para erradicar este mito que puede sin duda estar tomando una forma real en cualquiera de sus vertientes. La Educación es la base de todo y es por ello por lo que debemos luchar para erradicar la idea del Amor Romántico, ese que nos metieron en la cabeza de pequeñas y que nunca existió. Debemos entender a las víctimas, no presionarlas, debemos romper modelos desde la educación de los colectivos en el caso del aula. Debemos fulminar la idea de que las niñas nacen y tiene que tener preparada una muñeca rosa junto con su ropa. Debemos promocionar, prevenir e intervenir cuando sea necesario porque se debe conseguir un verdadero cambio social. Esta segunda intervención enfocada desde la Educación la llevó a cabo Carolina Alonso, experta en la materia y sin menos años de experiencia que la primera ponente de la jornada. Todo un lujo de referencias como aquella que hizo de Galeano aludiendo a la utopía, ese concepto que nos permite saber a dónde vamos y que aunque nunca seamos capaces de llegar al horizonte, al menos nos vale para haber podido caminar. Ese horizonte metafórico recoge los objetivos que deben marcarse los profesores para conseguir encauzar al grupo en la formación hacia la Igualdad, cambiar sus vidas y alejarlos de los horrores de las redes sociales, los programas de televisión de mujeres que cual ganado se disputan el amor artificial de un hombre, o de manuales como la saga Crepúsculo tan lejos de la realidad y tan sumamente degradante para la educación en esta materia. Todos y cada uno de nosotros desde la profesión que ostentemos en la sociedad, desde el círculo social donde nos movamos, debemos por todos los medios asumir la responsabilidad  de no educar de forma sexista porque solo así seremos capaces de prevenir la violencia en mujeres en este estado puramente patriarcal.

No somos enemigas de los hombres, ni queremos verlos como enemigos nuestros, ninguno está por encima del otro. Lo que realmente hace daño es como decía Marcela Lagarde que una mujer llegue al poder y lo ejerza de forma machista. Esto sería una Injusticia. Entre todos no podremos cambiar el mundo pero si podremos cambiar el metro cuadrado en el que vivimos. Y esa es la verdadera humidad y sacrificio. El seguir luchando sabiendo que no cambiaremos de la noche a la mañana. Por nosotras y por aquellas que protagonizaron las primeras corrientes feministas, sin ellas no hubiéramos llegado hasta aquí. Así que como continuaba Alonso, debemos agradecer al pasado, reconocer el presente y continuar el trabajo para dejar un mejor futuro a las nuevas generaciones de hombres y mujeres porque el sentimiento no es un privilegio exclusivo de nosotras.

Para finalizar tuve la suerte de escuchar a las fuerzas de seguridad del Estado representadas en la figura del Jefe de la Policía Nacional Joaquín Pérez. Y digo la suerte porque tuve en una época de mi vida el sueño de ser policía o guardia civil. Antes no era tan fácil operarse de la vista como en la actualidad, así que mi idea cambió de rumbo. Pero hoy fue de esos días en los que a una escuchando sus experiencias “le pica el gusanillo”. La tercera ponencia estuvo muy ligada con la segunda desde el punto de vista de la educación dentro de las academias de policía en materia de Violencia de Género. Los pequeños grandes pasos que se van dando en los distintos departamentos como aquel en el año 2005 donde por fin se dejó de pedir la documentación y denunciar la irregularidad administrativa de una mujer migrante cuando iba a denunciar un maltrato y que tanto me emocionó escuchar. Pero también nos recordó el experto, las carencias en materia legal haciendo alusión al fallo que tuvo el Gobierno Central cuando se aprobó la Ley 1/ 04 por mayoría absoluta sobre violencia de género olvidando incluir en el código penal el concepto. Por lo tanto nunca se detiene a un agresor por violencia de género sino por amenazas, agresiones, malos tratos…etc. e incluso dicha ley ni siquiera ampara a las relaciones homosexuales. Un duro camino aun por recorrer en el que se debe de ir aprendiendo de los fallos causados desde 1986 cuando como contaba Pérez una mujer entraba en dependencias policiales a denunciar una agresión y tenía que volverse a casa porque para la legislación que “te dieran un guantazo” no era suficiente para intervenir.

Lo que más me llamó la atención fue escuchar desde el interior de un hombre y con la rotundidad que él lo pronunció aquello de que estaba muy agradecido a las asociaciones feministas por el incondicional apoyo que brindaban a las mujeres víctimas y que ayudaban al trabajo policial más de lo que podían imaginar. Y terminó con contundencia diciendo que las fuerzas de seguridad deben prevenir la violencia de género, investigar los casos, reprimir a los verdugos y proteger a las mujeres.


Un año más pude asistir a estas conferencias que Pepi López e Isabel Romero junto con la coordinadora, tuvieron el placer de invitarme. Tres mujeres que encabezan el CIM Carmona, un halo de esperanza para muchas que perdieron el norte de sus vidas y que gracias a este pequeño rincón a veces olvidado, podemos seguir creyendo en que los túneles a veces se esconden ventanas. Hoy, ya pasada la treintena, sufro de cerca las experiencias de mujeres queridas que acuden desesperadas y casi a escondidas a aquella vieja casa donde simplemente una mirada amiga es capaz de coser heridas. Por ellas, por TODAS, NO A LOS RECORTES EN MATERIA DE IGUALDAD.